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Ajolote pardo y ajolote albino: Dos variaciones de la misma especie que muchos confunden

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El Ajolote pardo y el ajolote albino son dos de los achoques (como también se les conoce), más representativos dentro del territorio Mexicano, específicamente del lago Xochimilco y cerca del distrito capital.

¿El por qué? Debido a sus imbricaciones culturales con la sociedad y el gentilicio de la región. Aunada a la abundancia de esta especie en entornos acuíferos a lo largo y ancho de todo el territorio mexicano, la misma se ha convertido en un icono importante de la fauna nacional y parte de la identidad del país aunque no lo parezca.

Por ello, si ya conoces a esta criatura en general pero muy poco sobre  el achoque pardo y el ajolote albino, te invitamos a seguir en esta breve sección de Anfibios Exóticos a y descubrir datos muy puntuales sobre estas variaciones de la especie que solo expertos pueden reconocer a simple vista.

¡No esperes más y continúa leyendo!

 

¿Qué hace especiales a estas variaciones?

Que ambas provienen del valle de Anahuác o o valle de México. Esta región se localiza en el área centro sur de del país, caracterizada por paisajes llenos de lagos y volcanes y por un clima templado con temperaturas anuales entre los 13 y 17° centígrados.

En este sentido, podemos encontrar tanto ajolote albino como pardo en corrientes de agua como el río Pánuco, uno de los más importantes de la región y el cual desemboca en el golfo de México.

¿Cuál o cuáles son las similitudes y diferencias que comparten el ajolote albino y pardo?

Son de la misma familia de achoque: Ambystoma Mexicanum.

Una de las preguntas más comunes cuando se cría un ajolote o bien, a la hora de investigarlos con mayor dedicación, se trata sobre las diferencias y similitudes que comparten estas dos variaciones de la misma subespecie.

Lo que ocurre con el Ambystoma Mexicanum, es que su coloración varía de acuerdo a las condiciones de iluminación, temperatura y humedad, del entorno terrestre como acuífero de la región en la cual se desarrolla.  Esto queda constado a medida que la criatura va creciendo y alcanza la madurez sexual progresivamente, ya que el cambio suele ser visible morfológicamente hablando.

Por otro lado y con respecto a esto, se sabe que esta subespecie a diferencia del ambystoma velasci (como el pintor), no alcanza la metamorfosis, por lo que es más fácil identificarlas gracias a sus marcados rasgos neoténicos o larvarios aún alcanzada la maduración completamente.

 

Entonces… ¿Cómo podemos identificar a ambos ajolotes si son de la misma especie?

Gracias a la variación de sus colores como mencionamos anteriormente.

Como se sabe, el achoque o ajolote albino, es de color blanco con branquias externas rojizas; mientras que el ajolote pardo tiene una tonalidad arenosa bastante oscura y con manchas negras que complementan su coloración a excepción de las branquias, la cuales tienen un tono más claro y marrón al mismo tiempo.

Por lo demás, encontrarás una alimentación, reproducción  y comportamiento muy similar entre ambos, tanto que, si deseas aparearlos en cautiverio, puedes hacerlo sin ningún riesgo de que uno deprede al otro o bien, sean incompatibles por diferencias de especie.

 

¿Esto quiere decir que puedo tener distintos ajolotes en casa?

No exactamente. El estado mexicano, en conjunto con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, ha alertado sobre la extinción de este anfibio caudata si continúa la explotación agrícola, así como la transformación de espacios naturales a urbanos y la contaminación residual de algunas regiones altamente industrializadas como la capital mexicana.

En este contexto, se han logrado consolidar estatutos dentro de las instituciones ambientales que penalicen las prácticas de reproducción y cría con fines comerciales o económicos dentro del territorio mexicano. Sin embargo, el alcance ha sido poco significativo, y muchas personas continúan formalizando actividades ilegales con esta subespecie, como la producción del jarabe de ajolote.

Esto último tiene una explicación cultural: A medida que la civilización azteca se fue desarrollando, estos tomaron a dicho animal como un referente para la construcción de su cultura, lo cual aún perdura a través de monumentos y tradiciones que hoy en día persisten en el país, como el consumo o ingesta de este animal.

 

¿Son los mexicanos entonces, culpables de los problemas de este animal?

En pocas palabras, si.

Si no entendemos el impacto que este tipo de actividades humanas trae consigo a los animales y al ecosistema que los rodea, jamás podremos causar un cambio reversible en beneficio al ambiente y sobre todo, al cambio climático que hoy en día liquida más especies de animales que cualquier otro agente natural.

En resumen y cómo puedes leer, el ambystoma mexicanum es una especie si bien, común y de visibilidad frecuenta en ciertas zonas o regiones del país azteca, corre un terrible riesgo de extinción gracias a las modificaciones ambientales que sufre su entorno en estado salvaje.

Así mismo, actividades gastronómicas y económicas para su domesticación y venta han logrado que desaparezca notablemente de su ecosistema, haciendo que se encuentre en punto de mira para algunas autoridades ambientales de poco alcance social o científico.

Finalmente, recuerda que si deseas continuar leyendo sobre otros caudatas o bien, sobre algún tipo de ajolote que pueda llegar a interesarte, puedes consultar las otras secciones que Anfibios Exóticos pone a tu disposición para entender un poco más, las singularidades y comportamientos de esta subespecie poco común o inexistente en otras regiones del mundo.